Es una historia verdadera que sucedió en Yarabamba – Arequipa en el año 1822, donde participaron miembros de la familia Málaga y podemos conocerla porque quedo escrito, narrado por los mismos participantes.
Para poder ubicarnos en el tiempo que sucedió esta historia podemos empezar contando que en el año 1821 José de San Martín declaró la independencia del Perú, en 1822 se reunieron Simón Bolivar con José de San Martín en Guayaquil – Ecuador.
Para poder entender una historia verdadera como esta, primero vamos a conocer a los personajes:
Toribio Muñoz, esposo de Cayetana Málaga Rodríguez, hasta donde tenemos conocimiento es el ancestro de los Muñoz de Yarabamba ya que antes de Toribio Muñoz este apellido no estaba presente en esta Villa.
Cayetana Málaga Rodríguez, hija de Carlos Málaga y de Lucia Rodríguez
Ramón Málaga Rodríguez, Teniente de Cura, también hijo de Carlos Málaga y de Lucia Rodríguez
Francisca Muñoz Málaga, hija de Toribio Muñoz y de Cayetana Málaga
Una Historia Verdadera «Testimonio de Toribio Muñoz»
transcripción de la carta que envía Toribio Muñoz, ( como esta en el documento), en la parte inferior esta la fotocopia del original.
Don Toribio Muñoz, español, vecino y residente en este pueblo de Pocci: ante la justificación de S.S. en la mejor forma que haya lugar otro peresco y digo: que ha llegado a mi noticia el que de orden de S.S. se halla depositada mi hija Francisca Muñoz y que esta pretende contraer matrimonio con el clérigo de menores ordenes Francisco Madriaga, alegando ambos para conseguir su intento el falcismo y frívolo pretexto de que su tío y mi hermano político el R.P. Fray Ramón Málaga la a castigado y tratado con la mayor severidad a su sobrina Francisca.
Para hacer ver a S.S. de que estos solo pretenden sorprender su alta penetración, me es preciso hacer una relación individual de los viles e indignos procedimientos del clérigo Madriaga.
La noche del 10 de marzo Cometió el más execrable rapto, arrancando a mi hija propiamente de los brazos de su madre con quien dormía y extraviandola por una ventana, de modo que cuando el ruido la despertó esta salió dando voces y alaridos por las calles, pero inútilmente pues ya el clérigo la había ocultado y encerrado en un cuarto. Al otro día después de las más vivas diligencias llego a tener noticia de que dicho clérigo la tenía oculta, mas no se sabía dónde. Con esta triste noticia llegó al pueblo de Pocci dándome a saber lo que había sucedido en Mollebaya, luego pasamos a donde el R.P. Fray Ramón Málaga teniente de cura y hermano de mi esposa a quien con lágrimas y lamentos le hicimos presente nuestra fatal situación y le rogamos interpusiese su respeto para restaurar a nuestra hija. Eran las ocho de la noche y movido a compasión bajo a esa misma hora en compañía de un sargento del batallón de Gerona que se hallaba de visita y tuvo la bondad de acompañarlo. En Mollebaya a más de media noche le dieron noticia cierta del cuarto donde la tenía y dirigiéndose en compañía del alcalde constitucional los encontró solos y sin hacerles cosa alguna ni tocarles un pelo sacó a su sobrina y la condujo a Pocci. Allí me la entregó por la mañana con estas formales palabras, aquí está tu hija, procura como padre contenerla y que no sea el oprobio de la familia. Yo como padre fui el que le puso una cadena y cuando intentó fugar yo le puse una (corma) no como falsamente supone que esto hizo el R.P. Antes por el contrario dicho R.P. me hizo la advertencia de que por la constitución estaban quitados los azotes y me recomendó que la sujetase pero no la castigase. Cómo pude haberle dado el cruel tratamiento del que se queja del padre cuando no a estado ni un solo día en su compañía? Ni como tiene alma para decir que el padre hizo traer una cadena de la ciudad, cuando sabe que la cadena con la que yo la ate es la misma que muchos años a servido en mi petaca, y que ya en otra ocasión se la había puesto. Como dice que el padre la arrastró por las calles atándole las manos, cuando el padre estaba en misa en el mismo instante que ella profugaba y su hermana fue la que la comprendió y la volvió a casa. Y acaso estas demostraciones de severidad que como padre practique y debía practicar para contener sus desvíos, han podido contenerla? Por repetidas veces la e ocultado del dicho clérigo Madriaga, se a burlado de mi vigilancia y mis desvelos. Me he valido de la autoridad y alto respeto del excelentísimo e ilustrísimo sr. obispo, por medio de mi hermano político el RP Fray Ramón, de qué sirvió el que el señor obispo con su integridad y el celo que le es característico, diese comisión al cura de Quequeña D.D. Ignacio Velarde para que lo contuviese en sus deberes y en caso de reincidencia le formara causa. El sr cura en cumplimiento del superior orden de su Ex.a Yu.ma lo exortó, lo apercibio y cual fue la enmienda? Que el dia 20 de agosto proximo pasado, después que la había tenido encerrada como antes acostumbraba, la madre y hermanos del dicho Madriaga, la descubrieron y con el mayor escándalo la desnudaron y le habían quitado a golpes aun la camisa del cuerpo, si mi hermano político el R.P. no manda al alcalde constitucional don José Chavez a que la quitara y evitar el escándalo.
Si el clérigo Madriaga intentaba casarse con mi hija, debía tener procedimientos de honor, valerse de unos medios y resortes que pudiese sacarla con decoro, es cierto que me habló con frialdad y me dijo quería casarse con mi hija, pero al mismo tiempo había dicho al cura de Quequeña, que no intentaba casarse, porque ni su madre gustaba, ni él tenía ya tal intención. De que se refiere que Madriaga quería engañar a la iglesia intentando ser ministro de ella, pues asistía al altar con sobrepelliz y sotana, y también quería engañar a mi hija escandalizando al mundo. Ahora intenta casarse y para conseguirlo alega el que mi hermano político el R.P. fray Ramón ha tratado con soberbia a su sobrina. Esta notoria falsedad en nada puede apoyar sus designios. Ya he dicho y lo falsificaré legalmente hasta la evidencia que es falso, y falcismo el que el R.P. hubiese hostilizado a su sobrina, haría demostraciones de sujetarla por mirar tsu bien, y que no casase con un de quien yo le había dicho que lo conocí de peón jornalero en el valle de Tambo. Pero ya me ha protestado mi casa con total indiferencia y con esto me ha hecho el mayor perjuicio, pues me privan de los auxilios con que el R.P. me suministraba en mis necesidades. Por lo que llevo expuesto advertirá V.S. que no siéndome posible preservar a mi hija de las garras de un hombre lascivo, que a cada paso la sustrae y la oculta; si no es encerrandola en un monasterio o casa de recogimiento, se ha de servir V.S. ordenar y mandar, que del mismo depósito en donde ahora se halla, pase luego al destino que solicito , prometiéndome darles los mantenimientos a proporción de mis cortas facultades: Por tanto
A V.S.
Pido y suplico se sirva proveer; y mandar como llevo pedido por ser de justicia que imploro, y juro no proceder de malicia y para X.a
Toribio Muñoz
Luego viene los testimonios de los demas personajes, donde veremos diferentes puntos de vista sobre este caso…
